APOCALIPSIS Y SUS PROFECÍAS


 Su relación con la profecía

A través de la revelación bíblica sobre el ministerio del Espíritu Santo, nosotros sabemos que Él se identifica particularmente con la profecía. El Señor declaró que la doble misión del Espíritu Santo sería guiar a los apóstoles a toda verdad y enseñarles las cosas que habrían de venir. El resultado de lo primero son los evangelios y las epístolas, mientras que el resultado de lo último es el Apocalipsis, en el cual se nos muestra la consumación hacia la cual apuntan anticipadamente otras secciones de la Biblia. Fue el mismo Espíritu Santo quien inspiró a los profetas del Antiguo Testamento para "testificar de antemano" acerca de los sufrimientos y de la gloria de Cristo. El Apocalipsis está estampado con el sello de la profecía, porque esta palabra aparece siete veces en sus páginas. De esta manera, las raíces de la profecía están en los demás libros de la Biblia, pero su fruto se ve en este último libro.

En la misma orden de escribir, Juan recibió instrucciones para bosquejar las principales divisiones de la revelación que había recibido. Escribe:

-- las cosas que has visto
-- las cosas que son
-- las cosas que han de ser después de estas.

(Vea Apocalipsis 1:19.) Las cosas pasadas se refieren a la visión de Patmos del Cristo glorificado, su Persona y su posición (1:4, 18, 19).

Las cosas presentes se refieren a la historia de la Iglesia desde el día de Pentecostés hasta el rapto (capítulos 1, 2, 3).

Las cosas futuras se refieren a todo lo que ocurrirá desde el traslado de la Iglesia, cuando Cristo venga en las nubes (capítulos 4 al 22).

La mayor parte del Apocalipsis es material profetice; contiene la consumación de todas las tradiciones pasadas y es el único libro del Nuevo Testamento que encierra tanto material de naturaleza profética. Como miembro de la Trinidad divina, el Espíritu Santo conoce el fin desde el principio y pudo por lo tanto darle a Juan un panorama de los sucesos futuros. Aquí tenemos una profecía práctica, en la cual el pueblo del Señor es exhortado a permanecer fiel, por medio de las visiones simbólicas de la derrota final de todo lo malo. La victoria final de Jesucristo está profetizada y nuestros corazones reposan tranquilos ante la seguridad de que la mano horadada del Cordero tiene la llave de todo el futuro.

Su relación con la plenitud

Una frase que asombra a muchos, "los siete Espíritus," aparece cuatro veces en el Apocalipsis: 1:4; 3:1; 4:5; 5:6. Esto indica la plenitud del poder del Espíritu y también la diversidad de sus actividades. No hay siete Espíritu Santos, sino sólo uno. . . "un Espíritu" (Efesios 4:4) Siete es el número de la perfección, y el Espíritu Santo reúne en sí mismo todos los atributos de la Deidad. Él es el Espíritu de la unción, y como tal, imparte sus dones séptuplos, posee un poder séptuplo y derrama su séptuple gracia. El Espíritu Santo estaba en el profeta Isaías cuando él se sintió impulsado, en Isaías 11:2-5, a testificar de antemano que cuando Cristo volviera como Rey, el Espíritu reposaría sobre Él, capacitándolo para ejercer su función gubernamental en una forma séptuple:

-- 1. como el Espíritu de Jehová.
-- 2. como el Espíritu de sabiduría.
-- 3. como el Espíritu de entendimiento.
-- 4. como el Espíritu de consejo.
-- 5. como el Espíritu de poder.
-- 6. como el Espíritu de conocimiento.
-- 7. como el temor de Jehová.

En Zacarías leemos sobre la operación gubernamental del Espíritu, quien a través de su séptuple ministerio hará que la tierra se regocije (Zacarías 4:6, 10). La frase apocalíptica "los siete Espíritus" es por lo tanto otra manera de expresar la plenitud, la perfección y los diversos atributos del Espíritu Santo, que es uno, y quien debe ejercer su diversificada acción de gobierno bajo la autoridad del trono de Dios. (Vea Lucas 4:18, 19.)


Fuente: " Apocalipsis : El Drama De Los Siglos" de Herbert Lockyer - © 1982 Editorial Vida Una visión anticipada de los acontecimientos finales de la historia de la humanidad. 
Editado por: F.A Mota

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